viernes, 10 de enero de 2014

EL SABOR DEL HAMBRE

Entrada escrita por Damian Iglesias Cebrian


La peor derrota es aquella que te vence , aquella que no te permite levantarte de nuevo , aquella en la que la miseria del cuerpo impregna el alma y no deja sitio a la esperanza.

Los hombres (aunque famélicos), que mantienen la esperanza, vencen a la resignación y mantienen la dignidad que es la patria de la libertad. Con dignidad, cada día es una nueva oportunidad de cambiar la situación individual de cada uno y la esperanza se convierte en el océano proceloso, donde navegar en pos del horizonte del futuro, incierto pero futuro al fin y al cabo.

Pero vivir ha de ser algo más que estar y esperar, debe ser sentir todo lo que rodea a un ser humano y no existir en inocua soledad; de lo contrario no tiene sentido la existencia por tanto se pierde la esperanza y la dignidad conduciendo al hombre a la derrota tanto individual como colectiva, a la pérdida de la libertad. El futuro se construye pensando en los que nos sucederán y aprendiendo de los que nos precedieron y que nos proporcionaron nuestro presente; si olvidamos o negamos a ambos nada tiene sentido, pues no somos lo que somos por propia voluntad, sino por lo que nuestros predecesores fueron e hicieron, para lo bueno y para lo malo y los que nos sucederán, sufrirán o disfrutarán por lo que nosotros hagamos.

Inhibirse de los resultados de nuestras acciones es una negación expresa de la libertad de los demás, coetáneos o futuros y por lo tanto una renuncia expresa a la propia libertad, porque la libertad asienta su derecho sobre las obligaciones del individuo para con los demás; de estas obligaciones manan los derechos y los derechos no son posibilidades sino hechos .

No puede ser libre un hombre, que construye su libertad sobre la de otro hombre, negándola o impidiéndola con sus acciones; aunque no coloque cadenas en sus pies o en sus manos, la libertad se impide negando la dignidad, borrando la esperanza .

Es por ello que todos somos responsables de todos, no es válido mirar solo por los propios o por uno mismo, por muy dura que haya sido la propia existencia o más peligroso aún por muy regalada que haya sido. Es por eso que cuando uno vive en una sociedad y forma parte de ella debe conocerla para comprenderla, reconocer lo pequeño se se puede llegar a ser y que no es lo mismo estar solo que en soledad, porque estar solo es estar abandonado y en soledad una forma de existir que puede compartir sus frutos ya que es opcional. Por tanto, vivir en sociedad, debe ser compartir todo aquello que nos beneficie a través de los demás, no caben exclusiones individualistas...

Porque nadie puede vivir solo en un mundo tan complejo y declararse libre y seguro, pues como he dicho si la libertad individual se construye sobre la de los demás siempre habrá alguien que reclamará su libertad a costa de la propia . 

De ahí la necesidad de la ley o cooperación voluntaria de los individuos donde, no se limite, sino que se definan los limites de la libertad y es la ley con su imperio la que nos debe dar la seguridad de nuestra libertad, siendo los gestores de la ley los más comprometidos con la libertad individual. Por eso y dadas las circunstancias actuales, son los gestores de la ley, los que en un acto de re-afirmación de individuos libres, en pública comparecencia expongan si son dignos valedores de la dignidad, la esperanza y por tanto de la libertad de los ciudadanos de esta sociedad, si sus capacidades morales, éticas e intelectuales están a la altura de las circunstancias a las que se haya sometido el pueblo.

Un pueblo que es un conjunto de individualidades libres que juraron defender, porque la Patria son ellos, somos nosotros, todos y cada unos de los ciudadanos españoles y les recuerdo que, un político, se convierte en estadista cuando lo que hace y decide lo hace pensando en el futuro y no es su presente político.

Feliz 2014.

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