DE ABSOLUTISTAS Y LIBERALES.

Esta entrada ha sido escrita por  Damian Iglesias Cebrian

Hay quién dice que España jamás será una república porque en el fondo somos todos conservadores, ultracatólicos y absolutistas, acostumbrados al sometimiento del poder ya que no nos satisface la libertad.

Pero además somos unos exhibicionistas, queremos que nuestros logros obtengan el reconocimiento general y nuestros errores la discreción más absoluta, que incluya culpables de los mismos .

Conservadores porque si triunfamos, aunque solo sea una vez, lo queremos hacer solos, sin compartirlo con nadie provocando ira y envidia para disfrutar sobre los demás y no con los demás. En cambio si nos equivocamos o perdemos, necesitamos de culpables que nos los expíen y los soporten.

Ultracatólicos, porque no confiamos en nosotros mismos y nuestras posibilidades, pesimistas por naturaleza confiamos en la suerte o en la divina providencia, por lo que un día sacamos al santo de nuestra devoción en procesión y al otro día prendemos fuego a la iglesia.

Por eso los españoles no son ateos , son anticlericales y cuando la petición no es atendida, apaleamos al cura para pedirle luego que nos confiese o, como se hace ahora, se persigue al político para luego votarle y preguntarle, si gana, "que hay de lo mio ".

Absolutistas porque que no damos tregua al adversario, ya que no lo consideramos como tal, sino como enemigo en todas la esferas de nuestra vida: en la pareja, en la familia, con los amigos, en el deporte y por supuesto en la política.

La historia de nuestros últimos 300 años es demoledora, SEIS GUERRAS CIVILES, en cada una de las cuales, el mínimo atisbo de libertad o mejora social llevaba aparejada una reacción violenta y desmedida por ambos bandos.

Por ejemplo, la guerra de Sucesión ente borbónicos, en busca de un estado moderno y absoluto donde el lema era " todo para el pueblo pero sin el pueblo " y los austracistas partidarios de una monarquía, propietaria de los antiguos reinos medievales y sus fueros, que mantuviera privilegios particulares entre subditos de una misma corona.

O la guerra de La Independencia, que nos ofreció la oportunidad de la primera constitución liberal de 1812 y que cambiamos por "El deseado ", Fernando VII y resultó ser el gran "Felón" Borbón, que persiguió y reprimió a los más leales ciudadanos, entre ellos mi admirado José María de Torrijos y Uriarte dando lugar al primer gran exílio.

Que decir de las tres guerras Carlistas, entre liberales y absolutistas, que asolaron toda España durante sesenta años por el temor a la libertad.

Por último, la guerra civil del 36, la de los frentes populares, la exterminadora del enemigo, la de las nuevas españas, la de la venganza y los paseos, la de la oportunidad perdida, la que ignoró la democracia .

Y es así, necesitamos que nos digan lo que tenemos que hacer, que pensar, que querer, que pedir, que gritar. Necesitamos que alguien nos avale para lo bueno y para lo malo, no sabemos lamernos nuestras heridas, ni disfrutar nuestras victorias . Odiamos al que triunfa, despreciamos al que fracasa, vilipendiamos al diferente, al independiente, al libre. Envidiamos profundamente el valor, la inteligencia, la habilidad, la ambición, el desinterés ajeno, no soportamos que nos ignoren .

Y ahora, hoy, buscamos como en la edad media un chivo expiatorio, alguien que pague por nuestros problemas, como si nosotros no tuviéramos nada que ver con este desastre.

En lugar de pedir más libertad, menos estado, menos intervención; en lugar de intentar ser parte de la solución decimos : ¡NO ,TÚ, ESTADO, ARREGLAME EL PROBLEMA,TÚ, ESTADO, DAME UNA SOLUCIÓN, TÚ, ESTADO, ORGANIZA BIEN MI VIDA, DAME PAN Y DAME CIRCO PERO DAME!.

¿De verdad queremos otra guerra?, si el estado es incapaz de ofrecer la solución pedida ¿qué haremos?.

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